viernes, mayo 19, 2006

12. ELHALL Y EL SOTERRAMIENTO


Refiriéndose a la nueva época del elhAll, algunos compañeros se lamentaron de que los rollos psico-argentinos que le aportó Martín Sáez lo apartaron del comentario de nuestra realidad; otros me dijeron que la propuesta de un tema genérico por número no conseguía vertebrarlo porque las aportaciones no tenían, ni probablemente iban a conseguir nunca tener, la sustancia suficiente como para servir de material de consulta o referencia; y finalmente hay quien lo llama “elhAll colorín” dando a entender que es poco más que un objeto más o menos bonito y superficial para rellenar el hueco que dejó el anterior.

Como padre de la criatura me dolió que en el alumbramiento de la octava época no se hiciera la más mínima mención a su historia, pero los padres somos hacia los hijos tan tontos como benévolos, y aunque nos ignoren o repudien, como mal menor nos alegra que por lo menos sigan vivos.

Al recibir este último número, sin embargo, y colocarlo junto a los anteriores me he percatado de que, amén de invertebrado y grasiento, con esa letra de palo seco que se lee tan mal, y con… unas cuantas faltas de ortografía (de las elementales, ay), me he percatado, digo, de que no para de engordar. Nació en el n 90 con 12 páginas; en el 91 pasó a 16; en el 92 a 20; en el 93 a 24 y este último está ya en las 28. No sé cuál es la dieta que le dan desde la Junta de Gobierno, pero me temo que de seguir así vamos a tener que llamar a un especialista en bulimia o en obesidad. ¿Engordar para hacerse más importante o engordar para morir?

Sé de primera mano que la mayor ilusión de Domingo es la de llegar al número 100 para hacer una fiesta y salir en los periódicos. Al ritmo que vamos eso será para septiembre del año que viene, y si la progresión de crecimiento se mantiene, para entonces ya tendrá la nada despreciable cantidad de ¡52 páginas!

Amén de otras cosillas que habrá para comentar más adelante, con la lectura del 94 he tratado de desentrañar el galimatías de las últimas páginas de los tres últimos números referentes al Concurso de Soterramiento. Como no entendía nada de lo que leía, ni acertaba a descubrir quien escribía, he abierto por fin la página www.lif2002.com que mencionan en el 92 como origen de todo ello, y me he leído de un tirón el abigarrado diálogo entre Federico Soriano y Manuel Gausa en torno a las cinco propuestas del Concurso del Soterramiento (34 páginas que hubieran dado para un número monográfico y con nervio y no para el engorde fofo de varios de ellos).

Desde que vi las maquetas empecé a construir una opinión que dice que el fallo en favor del huevo frito sin yema y con picatostes de Abalos y Herreros es un fallo de verdad o un fallo con apellido, es decir, un fallo garrafal: porque hurtar una Estación de Ferrocarril a la ciudad metiéndola debajo de un falso parque, convirtiéndola al fin en algo que Gausa acierta a llamar una gran “rotonda” (ahhhhhhhhh) es una de las soluciones más tristes que imaginarse pueda (volveremos otro día con la “rotonditis” cuando recordemos el concurso de Europan en la Circunvalación)

En el diálogo de Gausa y Soriano, entre muchísima paja y un deseo de quedar bien con todos se dicen algunas cosas interesantes, pero para que os hagáis una idea de lo fino que hilan estos aristóteles os cito literalmente el párrafo en el que “explican” que el proyecto de Abalos y Herreros ha ganado “porque lograba conjugar, equilibradamente,
apuestas y respuestas, combinando solicitaciones locales y referencias
globales, concepción cosmopolita y metodología “propia”, en una
solución correctamente “codificada” y oportunamente “des-codificada”. Y
eso también resultó ser un activo”.

Yo no sabría escribir algo así ni harto de vino. Quizás por eso me quitaron elhAll: para que no dijera nada sobre el Concurso de Soterramiento que Domingo García Pozuelo y su Junta bendecían desde un asientito en el Jurado.

No quiero acabar esta nota sin comentar que en el mismo número 94, Pablo Larrañeta llena mucha página dándole vueltas a la cosa como queriendo decir que el de Koolhaas era mucho más interesante (quizás ya le haya llegado mi opinión porque aquí corren las noticias que es un primor) pero como no quiere quedar mal con su amo, luego dice que la propuesta de Abalos y Herreros era “la más correcta y expresiva”…..

¡Menuda empanada! No me extraña que engorde elhAll. Pobrecillo. (Ah! ¿y lo de Menorca? ¿qué me decís? bueno, bueno… eso sí que es pienso de engorde para los pollitos…: “Circunstancias diversas que concurren en cada lugar y en cada momento condicionan la valoración del orden establecido en la clasificación expuesta. El primero puede pasar a tercero, viceversa o todo lo contrario…”uff, no sigo porque me puedo contagiar y se me va a engordar también el LHD)