jueves, junio 08, 2006

26. CAMELO





Hace unos días, el presidente de Amigos de la Rioja Fede Soldevilla me pasó indignado una foto de la esquina de la calle Santiago para mostrarme que habían arrancado la vieja placa que le daba nombre; y otra foto, a continuación y en contraste, en la que además de la vieja placa, podía verse el muro del viejo edificio una vez numerados los sillares antes de ser desmontados. Como era una zona que acababa de documentar para la Guía de Arquitectura de Logroño eché un vistazo a mi archivo fotográfico y me quedé sorprendido de la diferencia entre un muro y otro. Ya en sus fotos se podía advertir, justo a la derecha de las placas, que las juntas y el acabado de los sillares no era el antiguo, pero si la vista se iba un poco más allá...., ¡madre mía! ya no era cosa de sillares sino que los huecos de la fachada recompuesta nada tenían que ver con la anterior.

Lo de la numeración de sillares es un camelo, y el que lo plantee y se lo crea, o es un jeta, o un flojo de conciencia, o un idiota. Los edificios no son piezas de un mecano, como pretendía Pablo Larrañeta para justificar el desmontaje de la fachada del edificio de Gili Moncunill en Avda de la Rioja (v Elhall 50 pag 4). Puede que tengan elementos reutilizables, piezas que se puedan copiar, colores o texturas a reproducir, etc., pero nunca serán un mecano, porque la naturaleza de la construcción tradicional nada tiene que ver con el concepto del montaje mecánico e industrial, y el arte de la arquitectura nada que ver con la ingeniería de la restauración fidedigna.

La práctica de la numeración de sillares fue utilizada para justificar la demolición de la Torre de Logroño, y más recientemente (con el beneplácito de nuestro Decano Protector del Patrimonio) para desmontar las casas 22 y 24 de la calle Ruavieja. Gracias a que los disparos digitales no cuestan nada, seguro que más de uno habrá hecho fotos de los paños numerados de éstas. Ya veréis qué risa cuando los monten. (De momento este último episodio ya ha servido para que Jesús Ramos descrea de los amparos y protecciones, lo que es una buena noticia y un pequeño pero importante logro en el aprendizaje del desengaño y la decepción).