lunes, enero 08, 2007

104. CRITICA E INMORALIDAD


He aquí dos muestras del periodismo local que me mueven a la indignación, la protesta y la toma de postura.

La crítica de la arquitectura y del urbanismo, y la crítica a la administración pública que las regula y al de sector de la promoción inmobiliaria y de la construcción que ponen en marcha y materializan la ciudad, son absolutamente necesarias, y deberían ser promovidas y apoyadas como todo proceso de detección de errores, búsqueda de la verdad y deseo de mejorar; pero cuando se hacen desde la ignorancia, la frivolidad, o aún peor, desde la bajeza moral, es la propia crítica la que debe adelantarse a denunciarla, hacer limpieza y marcar distancias.

1) La Rioja, 5 de enero del 2007, pag. 27:

Titular: Joan Alsina fue asesinado dos días antes de que su hija lo encontrara en su vivienda.
Subtitular: Los Mossos d´Esquadra no descartan que el empresario catalán fuese víctima de un ajuste de cuentas.

Lo firma un conglomerado algo abstracto de “Paco Soto/ Agencias. Colpisa”, pero que yo sepa, de los titulares siempre es responsable el director del periódico, en este caso, José Luis Prusén de Blas

El efecto de un titular así es inmediato: con lo del “ajuste de cuentas” se da a entender que antes de conocerse la autoría del crimen, ya es la víctima la que empieza a estar bajo sospecha. Y es que la víctima era empresario, claro, y además del sector de la construcción… ¡Hace falta ser canallas para escribir y publicar algo así! ¡Con el cadáver aún caliente y los sentimientos de los familiares y allegados destrozados! Aunque pudiera ser verdad, escribir y publicar esos titulares en ese momento es una manifiesta inmoralidad para con la víctima y algo mucho más maligno y sibilino para con lo que esa víctima pudiera representar.

2) La Rioja, 5 de enero del 2007, pag. 10:

Columna del periodista Pablo Alvarez: “Vaya sorpresa”. (Picar en el vínculo para leer)

He aquí el concepto que tiene el periodista colaborador de la página de arquitectura del COAR de nuestras instituciones y de los funcionarios de urbanismo. La sintonía entre este periodista y el Colegio no es un asunto menor. Pero aquí nadie protesta. Al contrario: unos cuantos arquitectos están encantados de que les haga publicidad desde esa página, y otros cuantos (o los mismos) parecen admitir que en la lucha contra el adversario político vale todo.

Por desgracia estoy bastante de acuerdo con el periodista en la crítica a la circunvalación de Logroño (ya iré argumentando el tema en futuros LHDs porque el asunto viene de lejos), pero me repugna que alguien pueda hacer esa crítica con la frivolidad que despliega Alvarez en su columna.

No es cosa de ponerse a valorar si es el cuarto, el segundo o el primero, lo que es cierto es que el periodismo es hoy el poder, y no nos podemos quedar callados ni quietos ante sus atropellos y sus inmoralidades.