miércoles, septiembre 19, 2007

EL CASO QUINTÍN


En la sui géneris historia de los arquitectos de Logroño que voy haciendo en este blog me había quedado antes de vacaciones en Quintín Bello, al que llamé el quinto arquitecto de Logroño. Además de acercarme a él a través de su obra (v nLHD065 y nLHD070), había comentado que Quintín fue también un "caso" pues se aprovechó de algunas cosas de Barrón haciéndolas pasar como suyas, y en los años veinte tuvo un expediente disciplinario en el Ayuntamiento que le dejó en suspenso durante dos años como arquitecto municipal.

De regreso de vacaciones y ante el panorama de investigación que recuerdo del anterior consistorio y las perspectivas que veo en el nuevo (mi Guía lleva tres meses encerrada en alcaldía sin que sepan qué hacer con ella…) me quedan muy pocas ganas de volver a pensar en esta ciudad y de seguir regalando información a través de este blog. Pero el caso es que el otro día pasé por el Archivo Municipal a saludar a los buenos amigos que he hecho allí durante los últimos años, e Isabel Murillo me contó que tenía nuevos datos sobre el caso Quintín.

El trabajo de los archiveros no es la investigación, pero siendo tan generosos como son los del Archivo de Logroño y teniendo el material tan a mano, en cuanto ven algo que nos pueda interesar nos lo cuentan de inmediato para que nos animemos a hincarle el diente. Ya siento que sus jefes políticos me desanimen y que no sea yo quien vaya a hacer gratis el trabajo para los nuevos señoritos, pero por lo menos, y en deferencia a quien me pasó la información voy a contarla por si hubiera alguien menos quemado y más voluntarioso que yo que quisiera seguir alguna vez esta línea de trabajo.

Durante las largas vacaciones de este verano, Isabel Murillo ha encontrado un par de cajas en el IGE del archivo que contienen los informes del contencioso y posterior persecución a que fue sometido Quintín Bello en los comienzos de su carrera como arquitecto municipal por parte del promotor y concejal Bergasa, a causa de los continuos informes desfavorables que el arquitecto venía haciendo respecto a unas promociones que éste y su hermano pretendían realizar en la nueva zona de ensanche de la ciudad (actual Calvo Sotelo) por no ajustarse al plano de alineaciones vigente. Por lo que desprenden a primera vista los papeles parece que los Bergasa se la juraron a Quintín y que aprovechándose de la concejalía que detentaban le quisieron buscar las cosquillas a la mínima. Un pequeño desajuste en una certificación de las cubiertas del matadero fue el detonante del primer expediente contra Quintín, y como no pudieron con él, al poco de ello el propio Bergasa llegó a pedir que se amortizara la plaza de arquitecto municipal de Logroño porque no la veían rentable para el Ayuntamiento.

Isabel sospecha que esta persecución inicial contra Quintín y el posible mal carácter del arquitecto, puesto de manifiesto en la forma en que redactaba sus informes, pudieron ser las claves de su irregular carrera profesional; pero todo ello, me asegura, no son más que conjeturas suyas que deberían ser investigadas con paciencia por algún constructor de nuestra historia.

Sí, construir nuestra historia, digo. La historia de la ciudad es el cimiento de nuestra vida social, de nuestra cultura, de las calles, los edificios, de nuestra forma de actuar. La documentación está ahí, al menos en buena parte; pero sin leerla, interpretarla y contarla con gracia y rigor, la ciudad que vivimos está como en el aire, o en el fango. Sin cimientos. No es extraño por ello que los edificios se caigan con tanta facilidad y que quienes guían esta ciudad sólo sueñen en correr hacia el futuro manteniendo las fachadas del pasado.

(Leo en la prensa que los socialistas-regionalistas van a peatonalizar de inmediato la calle Bretón de los Herreros que dejaron a medias los populares. Qué error. La misma tontería de siempre: destruir la variedad y riqueza de la accesibilidad y servicios de la calle a base de gastar en pavimentos carísimos. Romper la homogeneidad del tejido urbano para presumir de populismo anticoches. Provincianismo puro y duro ¿Cómo no voy a caer yo este año en la tentación de mirar para otro lado y olvidarme durante un tiempo de Logroño? Pasar olímpicamente de contar cosas de esta ciudad…)